DEL PÁRAMO A LAS ORILLAS DEL TAJO
Localizacón: Chamusca
Punto de partida de la ruta: Jardín de la glorieta, en el centro de Chamusca
Coordenadas GPS (WGS84): 39.357458, -8.481264
Tipo de ruta: circular
Nivel de dificultad: fácil
Extensión: 10 kilómetros
Duración Aproximada: 3 horas
Subida Total: 137 metros
Descenso Total: 137 metros
Altitud Máxima: 132 metros
Altitud Mínima: 15 metros
Época Recomendada: Todo el año
Desde el jardín de la glorieta que hay en el centro, saldremos a descubrir la historia de este pueblo, de los campos del páramo del Ribatejo y de las márgenes del río Tajo. Por su forma de 8, esta ruta brinda múltiples posibilidades. Aquí describiremos su versión íntegra, aunque también se puede realizar centrándose en los campos del páramo, e incluso se puede realizar una ruta más corta y plana en la que solo se visita la zona ribereña. En el punto de inicio de esta ruta hay un establecimiento de hostelería y espacio para aparcar.
Dejando la glorieta a su derecha, siga de frente para cruzar el jardín e iniciar la subida por Rua Marquês de Carvalho. Recorra toda esta arteria y continúe siempre de frente a lo largo de un kilómetro hacia la periferia, ignorando las diferentes calles que se irá encontrando. Al final del tramo asfaltado, empieza un camino de tierra que se dirige hacia el campo. Aquí se inicia un tramo de un kilómetro que transcurre por una zona de monte muy bien conservado y salpicado de pinos mansos. Son varios los animales y plantas que podrá observar por el camino, como, por ejemplo, el cantueso (Lavandula stoechas), una planta aromática de color púrpura muy apreciada tanto por el hombre como por las abejas.
Al final del monte verá eucaliptos a su izquierda. Continúe siempre de frente otros novecientos metros más, y cuando el camino se divida en varios, tome el primero a la derecha. Continúe la subida por este camino e ignore todos los desvíos que se vaya encontrando. Durante unos quinientos metros, verá a su izquierda un campo abierto con matorrales, y eucaliptos a la derecha. Más adelante, los eucaliptos ocuparán ambos lados del camino durante otros quinientos metros.
Cuando el camino se bifurque, gire a la derecha por el camino principal que transcurre por la cima. Esta es la parte más alta de la ruta. Desde aquí podrá disfrutar de amplias vistas que se extienden hasta Santarém y las sierras al norte del Tajo. Por eso se llama Rua da Cabeça Alta. En este tramo vuelven a estar presentes los hermosos campos del páramo, con grupos dispersos de alcornoques, olivos, higueras y diversos matorrales que aprovechan los rebaños y las abejas como fuente de alimento. También encontrará pequeños viñedos salpicando el paisaje, especialmente en la parte final de este tramo. Pasados unos mil quinientos metros, regresa el asfalto, y la ruta entra de nuevo en un espacio urbanizado. Camine trescientos metros por esta calle y, al llegar a una bifurcación, gire a la derecha.
Aquí comienza la parte en bajada de la ruta, la cual nos llevará hasta el río. Camine doscientos metros por esta calle y, al llegar a la bifurcación, gire a la izquierda y continúe de frente otros trescientos metros hasta llegar al mirador de Senhora do Pranto, en donde se sorprenderá con el escenario que se abre ante sus ojos. Esta es una de las vistas más hermosas de las marismas del Tajo. El paisaje abarca desde las ricas tierras de la orilla —entre las más fértiles de Europa— hasta el páramo que hay en la transición al Alentejo, ocupado predominantemente por el bosque. Excepto una gran parte del frente ribereño y las serranías que ocupan la otra margen, el paisaje ha sido humanizado mediante la creación de parcelas de uso agrícola que introducen una mezcla de colores que pueden ir del amarillo de los girasoles hasta los dorados de los viñedos y el rojo de las tomateras. Pero es el verdor del maíz y de los cultivos de regadío el tono predominante en este mosaico.
Aquí podrá admirar la ermita de Nuestra Señora del Llanto. Situándose de frente a la fachada, continúe por la calle a su izquierda, descienda la escalinata y gire a la izquierda. Camine unos cien metros y, después de la curva, gire a la derecha, hacia el mirador de São Francisco. Aquí destaca la fachada de la iglesia del mismo nombre, construida en 1741 por la Orden Tercera de la Penitencia, una obra que tardó medio siglo en concluirse. Descienda la escalinata que hay al lado del mirador y gire a la derecha por la Rua José Tarso, que termina en el jardín de la glorieta.
Puede continuar con la segunda parte de la ruta, que ahora transcurrirá por el frente ribereño. Situándose frente a la glorieta, siga por la izquierda en dirección a la plaza de la iglesia parroquial. Aquí podrá admirar el pórtico manuelino del siglo XVI. Siga su camino girando a la izquierda hasta el final de esta calle, en donde encontrará una plaza y la iglesia de la Misericordia, del siglo XVII, en donde tiene lugar la procesión de las antorchas el Jueves Santo por la noche. Cruce la carretera nacional y descienda la calle que hay frente a la fachada de la iglesia. Al llegar al final, gire a la izquierda y, al final de esta calle, gire a la derecha y de nuevo a la izquierda. Camine ahora de frente y, al cabo de unos cien metros, cuando la carretera se bifurca, continúe por la derecha otros quinientos metros, hasta llegar al dique. Aquí gire a la derecha y camine un kilómetro por el tapadão, que es como llaman aquí a esta línea de defensa contra las crecidas del Tajo. Aproveche para disfrutar de las vistas del caserío blanco que se extiende formando terrazas por la cuesta. Desde aquí se pueden ver los miradores en los que ya ha estado.
A mitad de este tramo, que coincide con una vía de servicio, encontrará a la izquierda un acceso al Porto das Mulheres, un área recreativa junto al río, en donde en el pasado existió un muelle que permitía cruzar a la otra orilla. Regrese al dique, continúe hasta el final, gire a la derecha y camine siempre de frente unos quinientos metros hasta volver a encontrar la carretera nacional que cruza el pueblo. Se trata de un punto con poca visibilidad, por lo que es necesario prestar mucha atención al cruzar. Siga por la calle que tiene en frente, y gire en la segunda bocacalle a la derecha. Después, continúe de frente unos cien metros hasta llegar al punto de partida.
Dejando la glorieta a su derecha, siga de frente para cruzar el jardín e iniciar la subida por Rua Marquês de Carvalho. Recorra toda esta arteria y continúe siempre de frente a lo largo de un kilómetro hacia la periferia, ignorando las diferentes calles que se irá encontrando. Al final del tramo asfaltado, empieza un camino de tierra que se dirige hacia el campo. Aquí se inicia un tramo de un kilómetro que transcurre por una zona de monte muy bien conservado y salpicado de pinos mansos. Son varios los animales y plantas que podrá observar por el camino, como, por ejemplo, el cantueso (Lavandula stoechas), una planta aromática de color púrpura muy apreciada tanto por el hombre como por las abejas.
Al final del monte verá eucaliptos a su izquierda. Continúe siempre de frente otros novecientos metros más, y cuando el camino se divida en varios, tome el primero a la derecha. Continúe la subida por este camino e ignore todos los desvíos que se vaya encontrando. Durante unos quinientos metros, verá a su izquierda un campo abierto con matorrales, y eucaliptos a la derecha. Más adelante, los eucaliptos ocuparán ambos lados del camino durante otros quinientos metros.
Cuando el camino se bifurque, gire a la derecha por el camino principal que transcurre por la cima. Esta es la parte más alta de la ruta. Desde aquí podrá disfrutar de amplias vistas que se extienden hasta Santarém y las sierras al norte del Tajo. Por eso se llama Rua da Cabeça Alta. En este tramo vuelven a estar presentes los hermosos campos del páramo, con grupos dispersos de alcornoques, olivos, higueras y diversos matorrales que aprovechan los rebaños y las abejas como fuente de alimento. También encontrará pequeños viñedos salpicando el paisaje, especialmente en la parte final de este tramo. Pasados unos mil quinientos metros, regresa el asfalto, y la ruta entra de nuevo en un espacio urbanizado. Camine trescientos metros por esta calle y, al llegar a una bifurcación, gire a la derecha.
Aquí comienza la parte en bajada de la ruta, la cual nos llevará hasta el río. Camine doscientos metros por esta calle y, al llegar a la bifurcación, gire a la izquierda y continúe de frente otros trescientos metros hasta llegar al mirador de Senhora do Pranto, en donde se sorprenderá con el escenario que se abre ante sus ojos. Esta es una de las vistas más hermosas de las marismas del Tajo. El paisaje abarca desde las ricas tierras de la orilla —entre las más fértiles de Europa— hasta el páramo que hay en la transición al Alentejo, ocupado predominantemente por el bosque. Excepto una gran parte del frente ribereño y las serranías que ocupan la otra margen, el paisaje ha sido humanizado mediante la creación de parcelas de uso agrícola que introducen una mezcla de colores que pueden ir del amarillo de los girasoles hasta los dorados de los viñedos y el rojo de las tomateras. Pero es el verdor del maíz y de los cultivos de regadío el tono predominante en este mosaico.
Aquí podrá admirar la ermita de Nuestra Señora del Llanto. Situándose de frente a la fachada, continúe por la calle a su izquierda, descienda la escalinata y gire a la izquierda. Camine unos cien metros y, después de la curva, gire a la derecha, hacia el mirador de São Francisco. Aquí destaca la fachada de la iglesia del mismo nombre, construida en 1741 por la Orden Tercera de la Penitencia, una obra que tardó medio siglo en concluirse. Descienda la escalinata que hay al lado del mirador y gire a la derecha por la Rua José Tarso, que termina en el jardín de la glorieta.
Puede continuar con la segunda parte de la ruta, que ahora transcurrirá por el frente ribereño. Situándose frente a la glorieta, siga por la izquierda en dirección a la plaza de la iglesia parroquial. Aquí podrá admirar el pórtico manuelino del siglo XVI. Siga su camino girando a la izquierda hasta el final de esta calle, en donde encontrará una plaza y la iglesia de la Misericordia, del siglo XVII, en donde tiene lugar la procesión de las antorchas el Jueves Santo por la noche. Cruce la carretera nacional y descienda la calle que hay frente a la fachada de la iglesia. Al llegar al final, gire a la izquierda y, al final de esta calle, gire a la derecha y de nuevo a la izquierda. Camine ahora de frente y, al cabo de unos cien metros, cuando la carretera se bifurca, continúe por la derecha otros quinientos metros, hasta llegar al dique. Aquí gire a la derecha y camine un kilómetro por el tapadão, que es como llaman aquí a esta línea de defensa contra las crecidas del Tajo. Aproveche para disfrutar de las vistas del caserío blanco que se extiende formando terrazas por la cuesta. Desde aquí se pueden ver los miradores en los que ya ha estado.
A mitad de este tramo, que coincide con una vía de servicio, encontrará a la izquierda un acceso al Porto das Mulheres, un área recreativa junto al río, en donde en el pasado existió un muelle que permitía cruzar a la otra orilla. Regrese al dique, continúe hasta el final, gire a la derecha y camine siempre de frente unos quinientos metros hasta volver a encontrar la carretera nacional que cruza el pueblo. Se trata de un punto con poca visibilidad, por lo que es necesario prestar mucha atención al cruzar. Siga por la calle que tiene en frente, y gire en la segunda bocacalle a la derecha. Después, continúe de frente unos cien metros hasta llegar al punto de partida.